
Para ese entonces había estudiado y me había formado en varias terapias holisticas solo como un proceso de auto sanación, no esperaba hacer nada en particular con esos conocimientos, me quería modelar como un mejor humano jajajaj y sigo en eso.
La vida tiene caminos misteriosos y me puso al borde del abismo, pero dicen que cuando estas al borde del abismo a tus pies le nacen alas y así fue. Decidí soltar todo… casa profesión en fin mi mundo de ese momento y crear algo nuevo, mi nuevo mundo se llamó primero Centro Bambu y luego de varios años lo rebauticé Casa Bambu. Sentí la necesidad de compartir con otros lo que a mí me había ayudado a salir de la noche más oscura de mi Alma. Así empezó un nuevo ciclo. La que había sido una formal directora de colegio se bajó de los tacos y se calzó unas babuchas jajaj.
Hoy ya pasaron 20 años de vivir de esta profesión de Ayudadora. No fue fácil, se los aseguro. El camino y mucho estudio me fue modelando y me trajo hasta aquí. CASA BAMBU soy yo y ella fue mi refugio, a veces me escondí detrás de su nombre por miedo a mostrarme ya que en ese ‘pasado de soltar” sufrí mucho y perdí mucho.
Hoy Casa Bambu es un lugar de encuentro, pero Cecilia se encuentra en muchos lugares. Cada piedra, vela, aroma de Casa Bambu es producto de un gran proceso y de mucho trabajo. Cuando lo armé era una mujer sola con su niñita Luna pequeña tratando de generar una nueva realidad para ambas ante tanto dolor.
Hace 10 años la vida me posibilitó el encuentro con un gran compañero, que hoy es mi coequiper en Casa Bambu y juntos fundamos Shekinah, otro hermoso y natural espacio de encuentro.
Gracias a todo ese dolor soy hoy quien soy y los lugares que armo vibran en amor o eso intento.
Gracias por ser parte de esta comunidad, de esta tribu amorosa de buscadores del Ser, gracias vida, estamos bien!
