Terapia psicoespiritual
Al Momento no hay más turnos
El término “terapeuta” significa “acompañante”
Lo que realmente resuelve problemas es el crecimiento personal y la expansión de consciencia. La terapia para el Ser tiene como eje central la meditación. Las personas que usualmente solicitan terapia pueden considerarse individuos plenamente sanos que simplemente quieren ser más felices de lo que son. Se trata de personas que o bien están atravesando una crisis o bien desean examinar alguna cuestión de su propia vida y sentirse orientadas hacia un desarrollo integral que dé sentido a sus vidas.


Fases de la terapia
Antes de trazar un plan y como punto de partida, toda terapia comienza por ayudar al consultante en conflicto a poner fin al grado de sufrimiento que pueda padecer. Para este fin se utiliza Terapia Floral. Además el consultante comienza a aprender distintas técnicas de meditación que le servirán como valiosos instrumentos para el logro de su bienestar. Una vez restablecido un cierto nivel de equilibrio emocional, el terapeuta guía en el proceso de apertura de sus dimensiones interiores y, para ello, el plan terapéutico puede desarrollarse en tres etapas:


Primera etapa
Conocimiento de la propia identidad Ego. A lo largo de esta etapa se entrena al sujeto a observar todos los
matices posibles de su propio conflicto. Es decir, aprender a dirigir la mirada interior, incrementando el auto conocimiento y la consciencia de sus propios patrones mentales y emocionales. Dicho “darse cuenta” aborda los elementos psicológicos implicados que causan inquietud y en muchos casos sufrimiento. A partir de este punto, el consultante comienza a ser capaz de asumir y aprovechar el inmenso caudal de oportunidad que su crítica “situación personal” ofrece.


Segunda etapa: Reprogramación y relativización del propio Ego. En esta etapa el consultante aprende a nombrar sus diferentes partes internas y proceder a recrear nuevos patrones de pensamiento de los que se derivará la vida futura de su yo personal. En esta fase, el consultante aprende a conectarse con sus verdaderas necesidades y elegir lo que quiere vivir, constatando que lo que sucede en su mente se debe a un proceso íntimo de “interpretación de la realidad”. A partir de este punto, el consultante por el simple hecho de devenir consciente abre un nuevo horizonte vital en cuya construcción ya puede intervenir y optar.


Tercera etapa: Hacia la Esencia: A lo largo de esta etapa, el consultante construye el puente entre su Ego o mente pensante y la Identidad Esencial. Conforme se avanza, la persona se reconoce como Ser Espiritual que se manifiesta en la Conciencia Testigo. Desde este nivel, intuye la finalidad de su vida y el propósito de su propio devenir, de manera que los errores se perciben como experiencias no casuales de aprendizaje hacia el despertar de la conciencia.
“No eres una criatura humana en una aventura espiritual, sino una criatura espiritual en una aventura humana” – Theilard de Chardín

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